El Espíritu de Dios es mencionado en la Sagrada escritura en numerosas ocasiones, y su papel es esencial en la obra redentora de Alá.

La criatura supone que el tiempo ha comenzado. No Campeóní en el otro caso donde la procedencia se realiza en un estado que la liturgia y la literatura cristianas han descrito con la fórmula: «antes de todos los siglos». Dicho estado atemporal sería previo a la creación misma del tiempo.

Práctico en la verdad: Conductor a los creyentes en la comprensión de la verdad de Altísimo y les ayuda a discernir entre la verdad y el error.

A la izquierda, San Pablo por El Greco. A la derecha, un folio del papiro P displaystyle mathfrak P

En Hechos 10, los Gentiles – Cornelio y aquellos que estaban con él – fueron agregados a la Iglesia. Pero, noten que un bautismo subsecuente no ocurre; en zona, creer y el bautismo con el Espíritu ocurren a la misma tiempo.

Podríamos traducir la frase Triunfadorí: “En un solo Espíritu somos todos bautizados en un solo cuerpo” como la NVI indica en una nota al pie de la página.

La naturaleza divina del Espíritu Santo se manifiesta a través de atributos esenciales que lo caracterizan:

El hecho histórico de su regeneración y su argumento todavía es una ingenuidad. Cuando se arrepiente, no necesita “salir de nuevo” otra ocasión. No experimenta un segundo bautismo en agua o un segundo bautismo con el Espíritu Santo, porque el bautismo flamante de agua y del Espíritu se hace eficaz de nuevo cuando se arrepiente.

Algunas personas se burlaron de los discípulos porque no podían entender el engendro de las lenguas y lo atribuyeron a la arrebato.

Muchos teólogos argumentan que esta experiencia no es opcional, sino esencial para una vida cristiana plena, pero que proporciona los recursos espirituales necesarios para news confrontar las batallas cotidianas y cumplir la Gran Comisión.

Con el bautismo del Espíritu Santo, la persona llega a ser un templo en que Todopoderoso mora, y el Espíritu de Todopoderoso afecta a cada individuo de sus pensamientos y acciones.

Novaciano, en su obra «De Trinitate» afirma que es el Espíritu Santo quien da dones a su Iglesia para adornarla y perfeccionarla sobre todas las cosas y en todo. Y afirma su carácter personal: «Es Él quien –bajo forma de paloma– caldo y se posó sobre el Señor luego de su bautismo, habitando plena y totalmente solo en Él, sin limitaciones, y luego fue dispensado y enviado sobreabundantemente, de manera que otros pudieran admitir un flujo de gracias» (De Trin.

El Espíritu Santo nos quita el temor a lo que los demás digan o piensen sobre nosotros. Él nos da poder para pasar nuestros temores y nos ayuda a aguantar el apego y la Palabra de Dios a todos los que nos rodean.

Estos pasajes demuestran que el bautismo en el Espíritu es una experiencia real, tangible y arreglado para todos los creyentes. No es un mero simbolismo, sino un coincidencia sobrenatural con Altísimo que transforma la vida del cristiano.